Estrategias para controlar las rabietas en los niños

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Las rabietas en los/las niñas/os pueden definirse como una conducta llamativa, exagerada y desproporcionada que tienen como objetivo conseguir  o pedir aquello que desean. Estas aparecen con cierta frecuencia, son la forma de mostrarnos su frustración o malestar y en muchos casos son inevitables y difíciles de controlar.

A pesar de ser una parte del desarrollo de los niños, sobretodo alrededor de los 2 años de vida, son una fuente de estrés para los padres.

Proponemos algunas estrategias que se pueden llevar a cabo para prevenir y/o minimizar y/o controlar rabietas:

  • Es muy importante establecer límites claros y que estos estén bien definidos. Si les ponemos límites, conseguiremos reducir el número de rabietas.
  • Cuando sospechamos que va a iniciar una rabieta, podemos intentar distraerle dirigiendo su atención a una nueva actividad más apropiada y motivadora. Evitando situaciones conflictivas, podremos reducir las rabietas
  • Si la rabieta ya se ha iniciado sacar, si es posible, al niño del lugar a otro más tranquilo (si la rabieta es en público), de está forma irá calmándose progresivamente.
  • Es importante mantener la calma y no mostrarse agresivo con el niño, enseñando con el ejemplo el dominio del control. Hablarle con calma y no gritar, esto puede alterar más al niño/a
  • Mostrar empatía con el niño. A veces, hacerles saber qué entiendes el enfado, hace que el niño se calme disminuyendo progresivamente la rabieta.
  • Dejar que pase la rabieta, siempre y cuando no haga nada peligroso y evitando que pueda hacerse daño. Apartarlo a un lugar silencioso y tranquilo hasta que se calme.
  • Es importarte recordar que si cedemos a lo que piden con la rabieta, provocamos que consigan aquello quieren y que, en ese momento, creemos que no es bueno para ellos. Si cedemos aumentaremos la probabilidad que se repitan cada vez que quiera conseguir algo.
  • Una vez finalice la rabieta, será el momento de enseñarle maneras de pedir las cosas de forma correcta, pero evitando grandes explicaciones, siempre de forma clara y concisa. Si la rabieta se ha producido por no haber querido hacer algo que se le ha dicho, es aconsejable que una vez se calme lo realice.
  • Mucha mucha paciencia…con la maduración los niños aprenden a controlarse y las rabietas irán disminuyendo.
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